
Es una pequeña ermita con un estilo muy similar a otra de las ermitas de la localidad (la de la Soledad) pero con la diferencia de que ésta está sin encalar.
Es un edificio de una sola nave que tiene una planta rectangular de pequeñas dimensiones (6×11 metros).
En su entorno cuenta con una zona de juego infantil y una zona ajardinada.
Está construida con mampostería de caliza flanqueada por esquinas de ladrillo macizo dispuestos a soga y tizón.

La cubierta es a dos aguas. La puerta de ingreso se enmarca en un arco apuntado fabricado con ladrillo, rematada por un óculo elíptico y un rosetón circular en el tímpano que es de construcción posterior al resto de la ermita.
En la parte superior se dispone una espadaña flanqueada por dos pináculos.
Se trata de una construcción contemporánea, aunque su origen puede ser anterior.
Esta ermita es cuidada y atendida por los vecinos y en ella se encienden y adornan las Cruces de Mayo.