
En las inmediaciones de Cózar, hacia el este, podemos encontrar el Chozo de la Tía Pelina.
Un chozo es un refugio que se construía a la intemperie con piedra o ramaje. Su planta suele ser circular o elíptica y culmina en una falsa cúpula. Tradicionalmente se construían con hiladas de lajas sin utilizar argamasa entre ellas.
Se extienden a lo largo de la península, aunque su forma y nombre cambian dependiendo del lugar. Por ejemplo, en Tomelloso y alrededores toman el nombre de bombos.

Eran utilizados por pastores y agricultores para pernoctar o resguardarse de las inclemencias del tiempo. Los chozos de los labradores son mayores, ya que además de pesebre, tenían cocina y espacio para los aperos. Los chozos de los pastores eran más humildes, con espacio para una o dos personas. En este caso, el Chozo de la Tía Pelina tiene un espacio reducido y una pequeña apertura que servía como chimenea.
Alrededor del chozo se pueden encontrar fosas.